El control de convergencias, en el ámbito de la ingeniería y la construcción subterránea, representa un elemento esencial para garantizar la seguridad y la estabilidad de infraestructuras subterráneas, como túneles, cavernas y lumbreras. Esta técnica, de suma importancia en el monitoreo de movimientos relativos, se convierte en una herramienta fundamental para evaluar la integridad de estas estructuras y prevenir potenciales problemas geotécnicos.

La metodología del control de convergencias se basa en la disposición estratégica de pernos sólidamente anclados a la roca o al hormigón proyectado en forma de argolla. Normalmente, se instala un perno en la clave del túnel, así como dos en cada uno de los hastiales, formando un conjunto de cinco puntos de referencia críticos. Estos pernos proporcionan la capacidad de medir con precisión cualquier cambio en la distancia entre ellos, lo que a su vez permite detectar y cuantificar cualquier desplazamiento o convergencia entre las estructuras circundantes.

La importancia de este control radica en su capacidad para evaluar la estabilidad de la estructura a lo largo del tiempo. Las mediciones iniciales sirven como punto de referencia, y las mediciones posteriores se comparan con estas para identificar cualquier incremento o decremento en las distancias entre los puntos de referencia. Esto proporciona una visión detallada de cómo se comporta la estructura subterránea, permitiendo tomar medidas preventivas en caso de que se detecten movimientos inusuales.